martes, 22 de junio de 2010

Buscando impulsos donde sea

Hoy, día 22 de junio de 2010, a falta de un día para San Juan, he visto un ejemplo vivo de como nuestro cerebro ya no sabe vivir sin impulsos externos.

Cuando me refiero a impulsos externos, me refiero a cualquier dato que nos entra por la vista o por el oído, que se supone información para nuestro cerebro aunque no la procesemos como tal.

Construyendo la txosna de fiestas, entre cargar cajas, y bidones, uno de nosotros a comentado: "Esperar, voy a traer un poco de música" Al momento ha acercado el coche y la música que salía del mismo llegaba a todas las esquinas de la txosna. "¡¡Ahora si!!" ha comentado.

Un echo que puede ser aislado, no tomado en cuenta, a mi me ha hecho ver, que aunque no se le hiciese caso a la música (como era el caso), el cerebro necesitaba procesar información, incluso sin necesidad de ello. todos los días a todas horas, recibimos información, hasta tal punto, que la falta de ella nos hace sentirnos mal.

2 comentarios:

  1. A menudo nos sentimos incómodos ante la ausencia de sonido, cuando quizá deberíamos agredecer y sobre todo disfrutar el silencio que tanto escasea.

    saludos.

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  2. Esos impulsos en su medida ideal son perfectos, una vez que pasan la raya, pueden ser peores que la carencia de ellos.

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